Hasta el 24 de Enero de 2011 tiene lugar en el Grand Palais de París una de las mejores exposiciones restrospectivas del principal impulsor del movimiento Impresionista: Claude Monet.
La colección contempla más de 200 obras del pintor francés, que abarcan desde sus inicios en el paisajismo realista (1860 ) hasta su evolución hacia la abstracción en sus momentos de euforia creativa en Giverny (1890). Todo ello sin perder de vista su magnífica interpretación de la luz y el color, capaz de detener el tiempo en un instante etéreo, irreal, que te transporta a la impresión y reinterpretación de la realidad por parte de su autor.
Las obras, traídas de distintas salas del mundo y colecciones particulares, se presentan como un recorrido temático a través de una amplia muestra de la producción de Monet.
La colección contempla más de 200 obras del pintor francés, que abarcan desde sus inicios en el paisajismo realista (1860 ) hasta su evolución hacia la abstracción en sus momentos de euforia creativa en Giverny (1890). Todo ello sin perder de vista su magnífica interpretación de la luz y el color, capaz de detener el tiempo en un instante etéreo, irreal, que te transporta a la impresión y reinterpretación de la realidad por parte de su autor.
Las obras, traídas de distintas salas del mundo y colecciones particulares, se presentan como un recorrido temático a través de una amplia muestra de la producción de Monet.
Puntos positivos:
- Es una colección única, en un enclave excelente. Puede que pasen varias décadas hasta que se repita la oportunidad de contemplar una retrospectiva tan amplia del autor, ya que las obras alojadas en el Gran Palais provienen de muy diversos orígenes, desde los principales museos europeos hasta colecciones privadas y galerías estadounidenses.
- Además, si se dispone del tiempo suficiente, con una única entrada se tendrá acceso ilimitado a la exposición, pudiendo visitarla libremente hasta el cierre de sus puertas a principios de 2011.
- No se puede dejar de resaltar en este apartado el contexto que rodea la exposición, en un edificio magnánimo junto a los Campos Elíseos. Se convierte así en el motivo perfecto para perderse por la ciudad de la luz.
Otras consideraciones:
- Merece la pena destacar el poder de convocatoria de la exposición, por lo que ya no hay disponibles entradas mediante reserva, con lo que puede existir un tiempo de espera de algunas horas, a las puertas del edificio. Por las tardes suele haber menos demora, pero en cualquier caso es recomendable ir bien abrigado, ya que la cola se forma en la entrada del museo (al aire libre).
- El orden de la exposición se basa en un criterio temático, aunque el estudio de la obra de Monet requiere un recorrido cronológico, que ayudaría a contemplar su evolución vital y artística con mayor continuidad.
Verdicto: !Merece la pena disfrutarla!
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